Empleo Local
A pesar de que en la última década el empleo en la minería ha mostrado una tendencia contractiva -tanto a nivel general como local-, siempre ha predominado la fuerza laboral que reside en la misma región donde se emplea, que representa alrededor de un 73% de los trabajadores. Además, gracias al mayor esfuerzo realizado para la contratación local, se logró que en períodos de escasa contratación en la industria en general, la contratación de trabajadores locales no disminuyera.
Sin embargo, al desagregar las cifras se constata que en los últimos seis años las empresas proveedoras incrementaron la contratación local en 10 puntos porcentuales, tanto en general como en la Cadena de Valor Principal. Las empresas mineras, en tanto, muestran una caída en el empleo local de 3,2 puntos porcentuales en el 2020 respecto de la medición anterior.
Múltiples son los factores que podrían estar incidiendo en la dinámica de empleabilidad de trabajadores locales y conmutantes. Datos complementarios dan cuenta que, en los años de mayor de inversión en proyectos mineros, la demanda incremental por trabajo es absorbida fundamentalmente por trabajadores conmutantes. También pareciera ser que los esfuerzos realizados por algunas empresas en el último tiempo para la contratación de talento local están teniendo resultados positivos, lo que podría traducirse en un impacto en el territorio, desde la perspectiva del desarrollo de su capital humano y del crecimiento económico.
DESAFÍOS Y RECOMENDACIONES
El empleo local aparece como una dimensión de alta relevancia para la obtención de la licencia social para operar de las faenas mineras y resultó ser una dimensión clave para mantener la continuidad operacional durante las restricciones a la movilidad producto de la pandemia de COVID-19. En esta dimensión, se recomienda avanzar en 3 líneas de acción prioritarias:
1. Monitoreo y difusión de indicadores empleo local: Un primer avance en esta línea fue la publicación por parte de la alianza CCM-ELEVA del estudio “Empleo Local en la Gran Minería Chilena: una mirada a la actualidad, iniciativas y próximos desafíos”. Un hallazgo clave de este estudio es que existe la percepción local que subestima los reales niveles de empleo local. En este sentido, se recomienda implementar un mecanismo colaborativo que permita sistematizar y difundir en las regiones los niveles de empleo local de manera semestral, con el fin de visibilizar el compromiso del sector minero en este aspecto. Es importante monitorear el empleo local con dos indicadores utilizados en este estudio, ya que permiten monitorear el fenómeno a nivel de stock de fuerza laboral y a nivel de flujo de nuevos trabajadores: i) El porcentaje de empleo local sobre el total de la fuerza laboral (stock) y ii) El porcentaje de empleo local sobre las contrataciones menores a 1 año.
2. Definir una meta sectorial y plan de acción sobre cupos para prácticas: Asumir un compromiso sectorial para aumentar en forma significativa los espacios de aprendizaje en alternancia que permitan que más jóvenes de los territorios cercanos a faenas mineras accedan a prácticas profesionales. Esta acción puede tener un impacto directo sobre el empleo local juvenil. El plan de acción debería estar enfocado tanto a los grupos ocupacionales de Operadores y Mantenedores como en los Supervisores y Profesionales, ya sean de empresas mineras como proveedores y concentrarse en aquellas instituciones de formación de la respectiva región que hayan obtenido su sello de Calidad CCM. Esto requiere a la vez que el sector apoye con la entrega de asistencia técnica para el mejoramiento de la calidad de los liceos técnicoprofesionales con especialidades afines a la minería, con el fin de que obtengan o revaliden su Sello de Calidad CCM. Este último punto es particularmente importante en la región de Atacama donde aún ninguna institución formativa obtiene un Sello de Calidad CCM y donde el nivel de empleo local se encuentra por debajo del promedio de la industria.
3. Avanzar en capacitación: Un tercer desafío tiene relación con mantener actualizadas las competencias de la actual fuerza laboral, para evitar que esta deba ser reemplazada por talentos de otras regiones producto de los avances tecnológicos. Para esto, se debe avanzar en más y mejor capacitación y entrenamiento para todos los grupos ocupacionales. En particular, se pueden aprovechar los aprendizajes que dejó la pandemia de COVID-19 en materia de capacitaciones en modalidades de e-learning o b-learning. En los talleres realizados con socios y entidades de formación para analizar los resultados, se levantaron además las siguientes recomendaciones:
- Aumentar las capacitaciones e-learning para los perfiles de Operadores/as y Mantenedores/as, mediante modelos de capacitación mixta: formación de elementos teóricos de manera virtual, y presencial para los componentes prácticos.
- Con el objetivo de mantener bajos los costos de capacitación, se debe incentivar la elección de modalidades e-learning y b-learning en licitaciones y contrataciones, y aumentar el índice de capacitación (horas de capacitación /horas totales trabajadas) mediante el desarrollo de capacitaciones e-learning principalmente operación y mantenimiento.
- Mantener y capturar aprendizajes de continuidad operacional y bioseguridad de la industria, más allá de la pandemia, a través del reconocimiento de buenas prácticas y experiencias compartidas.