El pasado 31 de marzo, con la participación de 17 estudiantes técnico-profesionales (TP) de la región de Valparaíso, culminó el Programa de Prácticas para Mantenedor Base Planta en la fábrica de Metso Outotec en Concón, el cual buscó ser un apoyo para la formación y el futuro laboral de los recién egresados. Tras el programa, cinco jóvenes fueron contratados, incluyendo de forma inédita la contratación de la primera mujer trabajadora en áreas exclusivamente operacionales de la planta.
El grupo estuvo compuesto por 4 mujeres y 13 hombres, egresados de la Escuela Industrial Superior de Valparaíso, de las especialidades de Mecánica Industrial Mención Electromecánica y Máquinas y Herramientas, Estructuras Metálicas y Electricidad, quienes durante tres meses pudieron interiorizarse sobre las funciones y responsabilidades del mantenimiento minero.
Lo anterior, cobra una especial relevancia ya que el mantenimiento minero es uno de los cuatro cargos de la industria que serán más demandados al año 2030, de acuerdo al Estudio de Fuerza Laboral de la Gran Minería Chilena 2021-2030, el cual también establece la necesidad de que más estudiantes TP logren realizar su práctica profesional minera y obtengan su título de especialidad.
“Para nosotros es de especial interés poder brindar a jóvenes estudiantes de liceos técnicos de la región, la posibilidad de realizar su práctica profesional con un importante énfasis en que logren la nivelación de las competencias técnicas y ser un complemento a su formación en aula. Es por este motivo que preparamos un Programa Formativo que contempla clases en sala y principalmente en taller. Esto, a cargo de importantes centros educacionales”, dijo Elizabeth Farías, líder de Training & Development de Metso Outotec, quien agregó que, “el programa se basó principalmente en preparar a Mantenedores de Planta, con la finalidad que al momento de incorporarse a su práctica profesional se sientan aún más preparados y con probabilidades reales de quedar trabajando en nuestra Compañía”.
“Me gustó mucho mi práctica, la empresa es buena y pude aprender harto sobre temas de seguridad; también trabajamos con los molinos, prensas y moldes”, comentó Bianka Valencia Santana, quien se convertirá en la primera trabajadora que tendrá funciones exclusivas a las áreas operacionales de la planta de Concón.
Asimismo la joven agregó que “desde chica que me gusta la mecánica, la parte más industrial de poder crear cosas y también el proceso de modificación de los minerales. Hoy me siento orgullosa de lo que estoy logrando porque siempre quise trabajar en minería”.
Su compañero Luis Barrios Navarro, también expresó que “todo fue bueno y aprendí mucho más de lo que esperaba. Pude soldar, aprendí sobre mediciones, piezas y aceros, y también nos enseñaron las medidas de seguridad, qué no debíamos hacer y que siempre debemos hacer las cosas con cuidado y si sucede algo, siempre reportarlo”.
En la misma línea, agregó que, “la persona que me enseñó (soldadura) 3G, me ayudó, respondió mis dudas, fue muy motivador, me dijo que tenía que seguir con las mismas ganas de aprender (...) Yo estaba nervioso, porque en la pandemia no pudimos tener práctica, solo estábamos en los cuadernos y recién en cuarto empezamos en el taller, pero estos tres meses que estuve en la práctica fueron increíbles y pude hacer mucho más de lo que pensaba que iba a hacer”.
Fomentando la empleabilidad de estudiantes
La iniciativa de Metso Outotec fue apoyada metodológicamente por el Modelo para Programas de Prácticas y Aprendices de la Alianza CCM-Eleva, el cual desde el año 2018 tiene por objetivo orientar los procesos formativos de empresas mineras y proveedoras, y que ya ha impactado positivamente a más de 750 participantes logrando un indicador de empleabilidad de un 69,5%.
“Este tipo de programas son una de las principales estrategias de gestión del nuevo talento que tienen las empresas para incorporar a más personas en sus equipos de trabajo, y además son una gran oportunidad para trabajar con las comunidades y lograr las metas de balance de inclusión y género. Sin embargo, para que efectivamente el ambiente laboral se convierta en un espacio de aprendizaje real, es importante tener un proceso suficientemente estructurado que favorezca el desarrollo de las capacidades que se necesitan para que los participantes puedan incorporarse en las empresas”, comentó Rafael Pizarro, director de estándares laborales y prácticas sectoriales de la Alianza CCM-Eleva.
Dentro de los objetivos del programa se encuentran el convertir el lugar de trabajo en un ambiente de aprendizaje, potenciar la vinculación formativo-laboral, y desarrollar los procesos de aprendizaje pertinentes, sistémicos y estructurados, entre otros pilares, los que en su conjunto buscan asegurar la adquisición de las competencias y capacidades necesarias para desempeñarse adecuadamente en el presente y futuro de la industria minera.
Elizabeth Farías, valoró del Modelo CCM-Eleva: “La posibilidad de contar con un proceso de evaluación más objetivo, con un seguimiento e involucrando activamente a nuestros Operarios Líderes, y, además, aportando tecnología a un proceso que antes carecía de procesos formales”.
Finalmente, Paola Carvajal, encargada de Programas de Prácticas y Aprendices de la Alianza CCM-Eleva, agregó: “valoro la oportunidad que se le brindó a las y los jóvenes para que realizaran sus prácticas -especialmente porque las pudieron realizar en áreas relacionadas con su especialidad-, lo que les permitirá titularse de sus respectivas especialidades y aportar a cerrar la brecha existente a nivel país, respecto de los procesos de práctica y titulación”.
Asimismo, Paola agregó que, “para nosotros el acompañar a los estudiantes ha significado poder ser testigos de su proceso de aprendizaje y crecimiento personal, que sin lugar a dudas les permitirá contar con las herramientas y conocimientos mínimos necesarios para seguir avanzando en su desarrollo profesional”.