En Chile, las mujeres representan un 48% de la fuerza laboral, cifra importante, pero que no refleja
la realidad de todos los sectores de la economía.
En particular, la minería está al debe en ese punto, la fuerza laboral femenina está estancada en un 7,5% desde hace unos años y, a pesar de los esfuerzos de las compañías mineras, la tendencia no cambia.
La baja participación de la mujer en esta industria, no es sólo cuestión de preocupación en Chile,
países como Australia y Canadá llevan años estudiando el tema e implementando distintos
incentivos que les ha permitido aumentar el número de mujeres en sus faenas, alcanzando un 16%
y un 20% de participación femenina respectivamente. Estos indicadores muestran que aún nos
queda mucho por avanzar. Pero ¿sabemos cuáles son los motivos que nos han impedido como
país aumentar la participación laboral femenina en minería?
El principal obstáculo para ingresar a la minería es la propia cultura del trabajo y el sistema de la
industria. La lejanía de las faenas y el trabajo por turnos dificultan, para las mujeres con
responsabilidades familiares, conciliar el trabajo con su vida personal, obstaculizando la
posibilidad de que ellas puedan hacer una carrera en esta industria. En Australia, un estudio de
Mineral Council señala que un 42% de las mujeres renuncia a su trabajo en minería por falta de
flexibilidad laboral o incompatibilidad del trabajo con su vida personal.
Un segundo punto inhibidor es que en minería persiste un liderazgo tradicional. Muchos
trabajadores de las empresas mineras no están familiarizados a trabajar con mujeres y tienden a
reducir los espacios para que ellas puedan demostrar sus capacidades, lo que dificulta su avance
profesional. Un estudio canadiense de la Universidad de Carleton (2012) mostró que muchas
mujeres sintieron que algunos directivos masculinos son menos tolerantes con las
responsabilidades familiares de ellas. Los hombres no son vistos con el mismo grado de
responsabilidad.
Por otro lado, existe poco conocimiento sobre el interés de las empresas mineras por incorporar
mujeres. Actualmente, son pocas las mujeres que estudian carreras relacionadas con minería, en
especial programas para operadores, mantenedores y roles técnicos; por lo que no es raro que
cuando se abren procesos de postulación para diferentes cargos, la proporción de mujeres sea de
un 10%. Además, muchas veces se desaprovechan oportunidades, como cuando se inician grandes
operaciones, ya que se proponen una tasa de participación del orden del 25% de mujeres, pero no
la logran completar por falta de candidatas.
Algunas acciones concretas
Luego de años de trabajo que han permitido identificar estos problemas, el sector se ha enfocado
en cómo mejorar la situación, creando programas de atracción y retención de mujeres en las
faenas. Para eso, el punto de partida fue reacondicionar los campamentos mineros con la
infraestructura necesaria para que las mujeres puedan trabajar de forma confortable, utilizando
equipamiento ad hoc a sus necesidades y entregando beneficios especiales a embarazadas y para
el cuidado infantil.
En cuanto a las iniciativas para atraer mujeres a la minería, se han realizado programas de
aprendices diseñados para que ellas ingresen a cargos de operarias de las faenas con
capacitaciones especiales. Además, se ha mejorado el sistema de información y promoción para
que más mujeres conozcan las oportunidades, tanto en carreras como oficios mineros, un ejemplo
es el portal www.serminero.cl.
En relación a retener a las mujeres, los mayores esfuerzos van por el lado de programas de apoyo
a la vida laboral, que permiten equilibrar la trayectoria y las responsabilidades familiares y
aumentar las oportunidades para generar espacios donde ellas puedan surgir y así disminuir la
sensación de aislamiento. Además, existen algunas iniciativas destacables que proporcionan
oportunidades para que las mujeres se familiaricen con la operación segura y con el equipamiento
pesado, y otras que van directamente relacionadas con la representación en todos los estamentos
de la compañía.
En definitiva, no son pocos los esfuerzos conducentes a mejorar la participación laboral femenina
en el sector, pero las cifras indican que aún hay mucho camino por recorrer. Lo bueno es que la
industria está consciente de que este es una tarea pendiente de la cual se está ocupando. Existen
diferentes estudios y prácticas internacionales que han servido de modelo y que nos han
permitido avanzar en este terreno. Pero tan importante como el esfuerzo que hagan las
compañías, es generar un entorno propicio con leyes que permitan una flexibilidad laboral acorde,
conducente a que una mujer se desempeñe con igualdad de oportunidades que los hombres en
este sector.