Una capacitación continua y alineada a los desafíos de la industria es indispensable para quienes se desempeñan en esta industria, que requiere de un pensamiento crítico para crecer de forma sostenible.
Según el reporte Fuerza Laboral de la Gran Minería Chilena 2017-2028, del Consejo de Competencias Mineras (CCM), un promedio anual cercano a las 136 mil personas trabajó en esta área y en actividades económicas vinculadas entre 2011 y 2021.
Miguel González, jefe d e proyecto de CCM-Eleva, cree que los cambios en tecnología presentan importantes desafíos de perfeccionamiento.
"El Estudio de Fuerza Laboral de la Gran Minería Chilena, que desarrollamos cada dos años, guía estos esfuerzos, orientando la inversión disponible a las necesidades presentes y futuras en materia de capacitación", explica, y agrega que algunos de los esfuerzos necesarios vinculados a tecnología, son la automatización y robotización, "pero también tenemos desafíos vinculados a una minería más sustentable, donde los trabajadores deben contar con conocimientos necesarios para impulsar una minería más verde y amigable con el uso de los recursos naturales".
Al mismo tiempo, sostiene Jacopo Seccatore, académico UAI, "una capacitación continua en nuevos desafíos industriales es la llave para la reconversión laboral. Los trabajadores deben ser constantemente actualizados y capacitados, no pueden quedar atrás de la innovación industrial, o un día quedarán obsoletos en sus capacidades e inadecuados para una reconversión".
En este sentido, un foco importante es el desarrollo de competencias conductuales y transversales para una industria altamente tecnificada, "un foco de desarrollo potente, que favorece la reconversión laboral, porque quienes desarrollan este tipo de competencias logran adquirir, por ejemplo, un pensamiento crítico y una mejor disposición a los cambios", dice González.
Formación y calidad
La vinculación del sector productivo y el mundo académico para definir las necesidades formativas en minería y detallar los conocimientos y habilidades que se requieren es clave para el rubro. Un desafío que ha avanzado de la mano de proyectos como CCM-Eleva, una alianza estratégica entre el Consejo Minero y Fundación Chile, que desarrolló en 2013 el Marco de Cualificaciones para la Minería y que va incorporando nuevos procesos ,perfiles y competencias que recogen las necesidades de la industria.
"Actualmente, se preocupa de incorporar estándares para una minería más innovadora, sustentable e inclusiva, para así ir orientando la formación y capacitación de las personas, en sus distintos niveles", explica González.
En este contexto, se han alineado las adaptaciones curriculares, el mejoramiento de infraestructura y equipamiento, la gestión de prácticas con empresas mineras y la innovación en modalidades formativas, por ejemplo. Un hito relevante en este ámbito fue la creación del Sello de Calidad CCM, entregado por el Consejo de Competencias Mineras, una certificación que reconoce a los programas formativos que están alineados al Marco de Cualificaciones para la Minería, que garantiza una educación alineada con los desafíos de la industria.
"En la actualidad ya son más de 60 programas, provenientes de liceos, instituciones de educación superior y OTEC los que cuentan con Sello de Calidad CCM", acota González, sobre estas iniciativas que se ajustan a estándares de calidad para el desarrollo de programas y cursos de formación vinculados a la minería.
Fuente: Diario Financiero