Vladimir Glasinovic, director Programa Eleva y Verónica Fincheira, gerenta Consejo Competencias Mineras (alianza CCM-Eleva)
Desde el año 2015, cada 11 de febrero se celebra el día internacional de la mujer y la niña en la ciencia, un hito que busca reconocer el papel fundamental que ellas desempeñan en los campos STEM que incluyen las Ciencias, la Tecnología, la Ingeniería y las Matemáticas. Sin embargo, desde esa época que, a nivel nacional, la participación de las mujeres en la matrícula de educación superior en las áreas vinculadas a la tecnología se ha mantenido estancada alrededor del 20% (CNED). Estos indicadores sitúan a Chile, al final de la lista de los países pertenecientes a la OCDE y muy lejos del 32% en promedio para los países de este grupo.
En lo que respecta a la minería, este es un sector que se nutre principalmente de talento que proviene de las disciplinas STEM. Durante los últimos años, tanto las faenas mineras, sus proveedores, el sector público y los organismos no gubernamentales dedicados al desarrollo de talento, hemos realizado esfuerzos para intencionar la incorporación de talento femenino, y fomentar la diversidad en la industria. Se han generado programas de atracción, desarrollo y de retención de mujeres en la minería, especialmente en la cadena de valor productiva, para impulsar una minería más inclusiva y con oportunidades para todos y todas.
Asimismo, de acuerdo con los recientes datos que publicamos en el Estudio de Fuerza Laboral de la Gran Minería Chilena 2021-2030 (EFL), más de la mitad de las empresas declara tener metas concretas de incorporación femenina para los próximos cinco años y, 1 de cada 3 empresas se ha propuesto metas de participación laboral por sobre el 20% -que definió la Política Nacional Minera- para el año 2030. A la fecha, esto se ha reflejado en un aumento en la participación de mujeres en una de las industrias más masculinizadas, pasando de un 8% en el año 2018 a un 12% de la fuerza laboral minera en el año 2020.
Si bien el incremento de 4 puntos porcentuales en la participación de mujeres en la fuerza laboral minera en 2 años, es una señal auspiciosa y positiva, incluso con una crisis sanitaría de por medio, uno de los principales desafíos que tenemos es cómo hacer que estos avances se sostengan en el tiempo. De acuerdo con las estimaciones del EFL 2021, el sector requerirá más de 25.000 técnicos y profesionales para el año 2030, y más de 14.000 de estos nuevos talentos, deberán ser mujeres, si realmente queremos llegar a la meta del 20% de participación laboral femenina, como es el compromiso.
¿Cómo lograr esta meta y desarrollar un mercado atractivo, que ofrezca reales posibilidades de empleo de calidad con los actuales niveles de matrícula técnico-profesional femenina vinculada a minería, que hoy vemos en las principales regiones mineras del país (Tarapacá hasta Coquimbo) y que no supera las mil egresadas por año?
Desde la alianza CCM-Eleva, compuesta por el Consejo de Competencias Mineras y el Programa Eleva, nos hemos propuesto ser actores claves en el aumento de la participación laboral de las mujeres en el sector. Esto requiere contar con más mujeres sumándose y formándose en disciplinas STEM vinculadas a la minería, lo que implica despertar el interés de las niñas desde una etapa temprana, donde ellas puedan ver que tienen oportunidades reales, las mismas que hoy ven sus pares masculinos. Aquí, juegan un rol clave las miles de mujeres que se han desempeñado
exitosamente en distintas disciplinas, quienes son un ejemplo para las niñas y un modelo a seguir.
Sin embargo, el principal cuello de botella que detectamos, es la participación de mujeres en la matrícula de educación media técnico profesional vinculada a la minería, que promedia un 22% en las principales regiones mineras y que incluso disminuye a un mínimo de 17% en la región de Coquimbo. Cambiar esta realidad, requiere de un trabajo sectorial coordinado y de largo aliento, ya que las estudiantes optan por sus especialidades entre octavo básico y segundo medio, en un proceso decisional muchas veces influido y mediado por su entorno, familias, pares y referentes.
Inspirados en este objetivo, prontamente, junto al apoyo del sector público y privado, impulsaremos un piloto que busca acercar a niñas y adolescentes a conocer el mundo de las carreras STEM y las especialidades mineras, tales como mecánica, electrónica o metalurgia. Estamos convencidos de que las mujeres tienen reales posibilidades de soñar, aprender y desarrollarse en la industria minería de nuestro país, e incluso, liderarlo desde las más altas posiciones, como lo ejemplifica el reciente nombramiento de la tercera Ministra de Minería en la historia de nuestro país.